Los racores serie UNIRAPID están previstos para la conexión mixta metal-plástico en instalaciones de distribución de agua, realizadas con tubos plásticos con diámetro externo unificado (Polietileno, PVC, nylon, Moplen, etc).
La estanquidad hidráulica está garantizada por la presencia de dos juntas, una junta tórica y una con collar.
La utilización de la doble junta garantiza la estanquidad hidráulica tanto hacia el exterior, como hacia el interior, evitando así la posibilidad de contaminación de agua con otras sustancias presentes en el terreno.
La estanquidad mecánica está asegurada por un anillo cónico de metal, de cierre automático, equipado con un ranurado interno anular y tres dientes con sección triangular de agarre al tubo y cerrado por una virola de apriete de anillo.
La presencia del anillo cónico de latón asegura en cualquier caso la resistencia mecánica al deslizamiento, ya que la misma fuerza que tiende a deslizar el tubo provoca, gracias al acoplamiento cónico entre la virola y el anillo, la compresión sobre el tubo se bloquea automáticamente con absoluta seguridad incluso en presencia de oscilaciones de presión en la tubería (golpe de ariete).
El acoplamiento tubo racor es tanto extremadamente práctico como flexible, ya que los dos componentes pueden girar con libertad uno respecto del otro, lo que permite en todo momento la alineación y, en el caso de los racores rector, el atornillado del racor con otras derivaciones, característica exclusiva de nuestro racor.
La rosca macho de nuestros racores es cónica, no cilíndrica, conforme a la Norma UNI ISO 7.
Es sabido que la rosca cónica ofrece una mayor garantía de estanquidad respecto de la cilíndrica. En efecto, las empresas de distribución más importantes de distribución de agua la solicitan. Además, en la cresta de la rosca hay pequeñas muescas (moleteado) para garantizar que el teflón, u otros tipos de materiales adecuados para revestir el filete, tengan una mayor adherencia.
La rosca hembra de nuestros racores es cilíndrica, conforme a la Norma UNI ISO 228.
Los racores se suministran montados y listos para usar. Su utilización es extremadamente simple y rápida, ya que no requieren ninguna operación de división y recomposición, sino solo la inserción a tope del tubo en la sede del racor. Nuestro racor no requiere ninguna operación de apretado por parte del operador. Esta característica es muy útil cuando se debe trabajar en pozos de derivación donde los espacios para operar son muy pequeños.
Además de obtenerse un ahorro de tiempo en la instalación, se evita también la posibilidad de que un instalador ajuste demasiado la virola de apriete de anillo, exigiendo demasiado la junta tórica o el filete, creando así posibles rajaduras que con el tiempo llevan a la rotura de la junta o del mismo racor. También es posible que dicha virola se ajuste poco y que el racor pueda presentar pérdidas o soltarse. En nuestro caso, este riesgo no existe porque virola se aprieta en la fase de montaje interno y que tiene determinadas características que no permiten la posibilidad de error en el apriete (tope de final de carrera).
No obstante, la virola de apriete de tubo puede ser desmontada en cualquier momento para realizar intervenciones de mantenimiento o de modificaciones en la instalación.
El peso del racor es mayor respecto de los racores normales que se encuentran en el mercado. Esto evidencia una mayor solidez debido a los espesores son mayores a tal efecto, para evitar que se produzcan roturas en los puntos más exigidos por la presión o de esfuerzos particulares en el exterior de la tubería (desprendimiento del terreno). Estos espesores garantizan además una mayor resistencia a la corrosión y, por ende, una mayor duración a lo largo del tiempo.